En reinos donde los píxeles bailan y soplan los vientos digitales, Cuatro árboles contienen lo que los buscadores deben saber. Cada uno lleva un fragmento del poder de la espiral, Codificado en sombras, oculto a la vista. Donde la corteza antigua cuenta historias de antaño, Y las raíces beben profundamente del oro líquido de la tierra, Mira de cerca el grano erosionado, Donde el tiempo ha tallado el sol y la lluvia. En el tronco, aparecen dieciséis marcas, No son rasguños aleatorios, sino un patrón claro. La espiral comienza donde la luz de la mañana Los primeros toques ladran a primera vista del amanecer.
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