“Amamos Corea” (한국 사랑해요) De repente, todos los fundadores de proyectos aman Corea. Nos quieren tanto que vienen volando, organizan encuentros locales, regalan unos cientos de dólares a los asistentes y reservan asignaciones de airdrop para los más ruidosos en CT coreano. ¡El manual funciona! Los inocentes coreanos hablan un par de veces, asisten a un encuentro, se llevan buen dinero. “¡Vaya, son tan generosos!” CT amplifica, los recién llegados copian la meta, y lo siguiente que sabes es que papás y mamás de oficina que piensan que metamask es un producto de cuidado de la piel están haciendo cola por pegatinas de los encuentros. La tracción se ve increíble. Fotos de salas llenas, hilos interminables sobre cuánto adoran estos proyectos a Corea. Debe ser un equipo serio, ¿verdad? Luego llega el día de la lista. El token se lanza en Upbit o Bithumb, el airdrop llega, los habladores y los insiders venden, y todos aplauden la generosidad de los fundadores. Los rezagados se lanzan porque “todo el mundo estaba hablando de ello”, las gráficas se desploman, y (sorpresa) después de TGE las cartas de amor se secan—menos encuentros, respuestas más lentas, ¿comunidad? Conoces la historia. Para muchos proyectos, Corea no es un mercado de crecimiento; es liquidez de salida. Siempre lo ha sido. Ahora se rumorea que algunos encuentros funcionan como oficinas de retiro fuera de la cadena: paga a 100 asistentes reales, reclama que 500 asistieron, canaliza el resto a billeteras fantasma. Extracción limpia. No fui vocal al respecto, pero se está volviendo más apestoso cada día. No nombraré nombres. Sabes quién eres. Si realmente te importa Corea, deja el ruido barato. Lanza productos, crea valor, construye negocios reales que realmente se mantengan aquí.