A veces, todo se reduce a un bolígrafo. El otro día, después del trabajo, fui a la playa. Llevé todo: toalla, esterilla de arena, fruta, agua, mi almohada de playa y mi cuaderno de crucigramas. Normalmente, me doy un rápido chapuzón, luego hago de 30 a 40 minutos de crucigramas. Después regreso a casa. Bonito, ¿verdad? Así que. Extiendo todo: esterilla, toalla, yo mismo. Busco el bolígrafo y espero. No hay bolígrafo. ¿¡No hay bolígrafo!? Ahora, no intento ser dramático, pero todo el plan se basaba en ese bolígrafo. ¿Cómo hago el crucigrama sin bolígrafo? Recuerdo que lo usé la noche anterior para escribir en mi agenda y no lo volví a poner. 😭 ¿Y ahora qué? ¿Regresar a casa? Pero me conozco. Si regreso, no volveré. Así que me quedo. Pero estoy molesto (no, no quiero usar mi teléfono. Trabajo en línea todo el día, no quiero mirar una pantalla en la playa también). Sigo buscando. ¡Y lo encuentro! no mi bolígrafo, pero un bolígrafo. Uno que ya había sido dejado allí (¡la belleza de ser desordenado!) Ese único bolígrafo desbloqueó todo lo que había preparado. Sin él, todo el montaje era un poco inútil. Me hizo pensar en la tecnología. En las herramientas. A veces, tienes todo. Pero te falta solo una pequeña pieza. Y ni siquiera te das cuenta... hasta que lo haces. A veces, “el bolígrafo” es una computadora. A veces es una habilidad. A veces es un sitio web. A veces es una cuenta de Bitcoin. Las pequeñas cosas desbloquean grandes movimientos. No subestimes lo que una herramienta puede hacer. No tienes idea de cuántos emprendedores están atascados porque su sistema de pagos es horrible. Cuánta gente piensa que no tiene éxito... solo porque están vendiendo sus servicios en su ciudad natal en lugar de al mundo. No sabes cuán poderosas podrían ser tus habilidades en el mundo digital. No necesitas una biblioteca masiva. A veces, todo lo que necesitas es un bolígrafo. O una cuenta. O una idea. ¿Cuál es tu bolígrafo?
3,91K