Entre los trucos más insidiosos de los últimos cinco años estuvo la confusión deliberada de: casos médicamente significativos de Covid, infecciones sintomáticas, infecciones asintomáticas, meras exposiciones, la ligera detección de algo y falsos positivos descarados. Todos fueron llamados CASOS, contradiciendo todo el periodo moderno de salud pública. Nos quedamos con datos insanos y enrevesados que son esencialmente sin sentido. Incluso con todas nuestras herramientas, toda la vigilancia, solo nos quedan estudios de seroprevalencia – raros e incluso demonizados al principio – para decirnos qué demonios estaba sucediendo. Este uso absurdo del lenguaje se deslizó en la causa de muerte, llevando a un número incontable de clasificaciones erróneas. ¿Error? ¿Ignorancia? Lo dudo. Algo tan significativo no puede suceder sino por algún insidioso juego de manos. Malas cosas.