El hecho de que la humanidad haya llegado al siglo XXI y que tengamos estos niveles de tecnología avanzada a nuestra disposición hace que sea aún más sorprendente que sigamos luchando y matándonos entre nosotros por cosas triviales como la identidad, la raza o cómo organizar la sociedad. Todos somos los mismos simios, pero seguimos cayendo en juegos mentales triviales que giran en torno al miedo, la codicia, el deseo, la ira, el odio y otras emociones superficiales. Si no elevamos nuestro nivel de conciencia a un ritmo más rápido, la brecha entre nuestro nivel de desarrollo tecnológico y nuestro nivel de conciencia se hará cada vez más grande hasta que nos destruyamos a nosotros mismos. Un niño necesita crecer y convertirse en adulto si quiere hacerse responsable de los poderosos juguetes que maneja. Buenas noches.
5,93K