Las interfaces cerebro-computadora (BCI) convierten el cerebro en una API, permitiendo la comunicación directa entre neuronas y máquinas. Pero una vez que los datos neuronales se vuelven legibles, se vuelven propiedad. Sin salvaguardias, corremos el riesgo de coerción cognitiva y capitalismo neural. La IA soberana asegura que sigas siendo el usuario raíz de tu propia mente, no solo un nodo en el sistema de otra persona. La IA descentralizada es la columna vertebral que hace que esta soberanía sea real. Mira la conversación completa con el fundador de Ocean Protocol @trentmc0 aquí:
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