En 2018, Samsung tuvo un histórico error de "Fat-Finger" donde accidentalmente otorgó a cada empleado acciones de la compañía por un valor de 9 millones de dólares. La cantidad total distribuida fue de 100 mil millones de dólares, más de 30 veces su capitalización de mercado. En 37 minutos, 16 empleados vendieron y las acciones cayeron un 11%.
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