“Dios dice a cada uno de nosotros hoy: ‘He elegido tu alma, he elegido tu corazón como terreno sagrado, para ser adorado allí.’ Tu alma bautizada es un lugar sagrado—no lo profanes entregándolo a pasiones desordenadas y al espíritu del mundo; no lo profanes robándole a Dios el primer lugar. Si la iglesia de tu alma está en ruinas, entonces escucha el llamado de Dios. Es hora de reconstruirla—y de reconstruirla sobre la roca, el fundamento sólido sobre el cual debemos edificar nuestra vida y nuestra esperanza. Sí, es hora de reconstruir la iglesia de tu alma. Es hora de que vayas a confesarte: confiesa los pecados que has cometido en palabra o en obra, de noche o de día; confiesa ahora, en este tiempo favorable, y en el día de la salvación recibe el tesoro celestial. ‘Sobre todo, cuida de tu alma,’ dice San Cirilo de Jerusalén. Es hora de cuidarla—dedicando cada día un tiempo real de profunda y silenciosa oración. Es hora de expulsar los ídolos del dinero, de las pantallas, de la seducción fácil y vulgar. Dios quiere tu corazón. Dios quiere tu alma, así como Él quería esta tierra de Bretaña.” ~Robert Cardenal Sarah, Homilía en el Santuario de Sainte-Anne-d’Auray (26 de julio de 2025). Lee más aquí: