Los mercados no son reales. Son solo videojuegos gestionados por riesgos, números parpadeando, niveles rompiéndose, tendencias cambiando. Suben. Bajan. Luego vuelven a subir. Pero tus amigos, tu familia, tus seres queridos, ellos son reales. Tu fe, tu paz y tu salud, son reales. Sal hoy. Siente el sol. Ríe con alguien. Esté presente. Porque los gráficos seguirán aquí mañana, y comerciarás mejor cuando tu alma no esté vacía. Tómate el tiempo para recargar, luego vuelve y juega el juego como un profesional.
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