Muchos hijos de ricos de segunda y tercera generación se comportan como idiotas. Pero algunos son impresionantes. Pregunto a muchas personas adineradas con grandes hijos cómo lograron hacerlo bien. Su respuesta siempre gira en torno a los mismos temas: Enseña a tus hijos a luchar con gracia. La vida es dura para todos. No los rescates por sus malas decisiones. Haz que vivan con las consecuencias. Déjalos practicar la toma de decisiones cuando las apuestas son bajas (en lugar de ponerlos en una burbuja) para que cuando las apuestas sean más altas, hayan mejorado. La disciplina también es un tema común. Los niños necesitan orientación y se convierten en desastres cuando dirigen el espectáculo a cualquier edad. Ama a tu esposa y nunca la maltrates. Tus hijos se sentirán profundamente inseguros si hay caos en el hogar. Y también abusarán de las personas en sus propias vidas (o permitirán que los abusen) si tú das ese ejemplo. Y luego hay un poco de suerte. Todos los niños son diferentes con diferentes personalidades. La riqueza generacional es algo curioso porque el dinero amplifica quiénes son realmente las personas. Si son malas personas, los resultados serán aún peores. Pero si son buenos, suceden cosas grandiosas.