¿Sueñan las máquinas con cuerpos humanos? Como artista, me fascina el ritmo acelerado de la tecnología. La IA está evolucionando a un ritmo asombroso, con descubrimientos innovadores ocurriendo cada semana. La verdad es que no tenemos una forma real de saber cómo será nuestro mundo en 5, 20 o incluso más años. Sin embargo, me he sentido atraído no por la pregunta de qué cambiará, sino por una diferente que, de alguna manera, se siente aún más urgente: ¿Qué no cambiará? ¿Cuáles son los aspectos fundamentales de ser humano que permanecen irrepetibles y constantes, sin importar cuánto evolucione la tecnología? Y cuanto más reflexionaba sobre esta pregunta, más me encontraba volviendo al cuerpo. No importa cuán sofisticada se vuelva la IA, no creo que las máquinas alguna vez comprendan completamente lo que significa tener un cuerpo humano. El placer y el dolor, la alegría del movimiento e incluso el peso del envejecimiento no son solo sensaciones, sino experiencias profundamente vividas. Las máquinas pueden ser capaces de analizarlas, describirlas o incluso simularlas, pero ¿pueden alguna vez sentirlas realmente? ¿Y qué sucede cuando un sistema que no tiene cuerpo intenta entender lo que es tener uno? Comencé pidiéndole a La Máquina que describiera cosas que solo un cuerpo humano puede hacer. No cómo funciona. No qué hace. Sino cómo es vivir en él. Luego tomé esas descripciones especulativas y las convertí en un modelo visual y dejé que se tradujeran en imágenes. Lo que regresó siempre fue revelador. Las imágenes eran extrañas. A veces teatrales. A veces inquietantes. Mostraron los límites y sesgos de la máquina, y al hacerlo, revelaron los nuestros. Lo que hemos olvidado notar. Lo que hemos dejado de preguntar. Lo que significa tener un cuerpo que siente. Y ese es el punto. No estoy tratando de mostrar lo que La Máquina acierta. Estoy tratando de notar lo que nunca podrá comprender. Porque es en ese espacio donde creo que algo humano se revela. ¿Sueñan las máquinas con cuerpos humanos? no se trata de lo que La Máquina puede hacer. Se trata de lo que no puede. Y por qué eso sigue importando. Porque cuanto más fluidos se vuelven estos sistemas, más fácil es olvidar la diferencia entre nosotros y ellos. Y no quiero olvidar. Así que hice esta colección no buscando respuestas, sino para reflexionar de cerca sobre la diferencia entre lo que se genera y lo que se vive. Porque cuando La Máquina se equivoca o es diferente, algo verdadero se revela. Quizás la respuesta reside en las exageraciones. En la tensión entre lo que solo se representa y lo que es real. En las verdades silenciosas que el cuerpo sostiene. En lo que estas imágenes nos recuerdan. Ahí es donde vive esta serie. No como una crítica. Sino como un espejo. Porque no se trata de la máquina. Se trata de nosotros.
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verse30 jul 2025
Dalos Dov Do Machines Dream of Human Bodies? → An Artist Rooms release This series explores how AI attempts, and inevitably fails, to understand the human experience of having a body. Dalos Dov has transformed [The Machine]'s flawed perception of the body into a series of theatrical, exaggerated images that carry a strangely emotional intimacy. The works reflect the things we often take for granted, like our gestures, rituals, desires, fears, emotions, and physical limits. 🗓️ Arriving August 7th
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