Una vez que una persona utiliza apalancamiento financiero, en esencia se convierte en un jugador. Si utiliza apalancamiento financiero y además gestiona el dinero de otros, tarde o temprano perderá el dinero de los clientes debido a una mala apuesta. Una vez que se pierde un poco de dinero, el camino de menor resistencia es intentar seguir apostando, asumir mayores riesgos y recuperar las pérdidas lo más rápido posible. El juego bajo presión de tiempo inevitablemente lleva a perder más rápido y más, por lo que comienza a mentir a los clientes, exagerar y contar mentiras cada vez más grandes; empieza a mentir a todas las personas a su alrededor de las que puede pedir prestado, contando mentiras más grandes para pedir más dinero. A medida que las pérdidas aumentan, la persona pierde cada vez más su ética. Al principio, no tiene la intención de hacer el mal, pero luego, en su desesperación, puede hacer cosas extremadamente despreciables y malvadas. Hasta llegar a un colapso total. El 26 de junio de 1974, el banco Herstatt de Alemania Occidental se declaró en quiebra. En 1995, el banco Barings se declaró en quiebra. En octubre de 1998, LTCM fue rescatado justo al borde de la quiebra. En 2008, Lehman Brothers se declaró en quiebra. En 2011, MF Global se declaró en quiebra. En 2022, FTX se declaró en quiebra. Este viejo guion se repite todos los días en todo el mundo, solo que las formas específicas y el ritmo, así como la magnitud de las pérdidas, varían ligeramente. Con la experiencia, al ver a alguien empezar a presumir y hacer promesas, se puede prever que en unos años caerá en esta espiral mortal, por lo que se aleja de este riesgo lo antes posible.