primero vendedores. luego hicimos anuncios. después escalamos la publicidad a través de canales masivos. luego retropropagamos a través de la mente colmena hasta que la atención fue maximamente explotada, automatizando precisamente la distribución de anuncios sobre esa audiencia cautiva sin precedentes. ahora, parece que vamos a asignar parásitos superinteligentes a cada hombre, mujer y niño con un iphone