Creo que esto se puede decir de cualquier mercado, para ser honesto, y de hecho es lo que impulsa los ciclos de mercado subyacentes. Las emociones humanas nunca cambian. De hecho, dado que la macroeconomía es tan positiva para el riesgo, entramos en un entorno en el que pocos se fijan en los riesgos. Cuando esto sucede, los mercados no necesitan una razón para reaccionar. Pero un lado se convierte en un consenso tal que los compradores marginales disminuyen y el impulso se reproduce. Todavía no hemos llegado, por supuesto, pero estamos en camino.