Espero con ansias la próxima década en la que rediseñemos gran parte de los sistemas del mundo sobre la base descentralizada global de confianza de próxima generación. Pronto quedará claro para todos los constructores que las aplicaciones deben estar habilitadas para tokens, deben residir en rieles de protocolo descentralizados y también deben construirse en redes de gráficos sociales controlados y propiedad del usuario.