Si no estás un poco delirando acerca de tu visión, no estás pensando lo suficientemente grande. El mercado no premia el realismo. El realismo construye empresas seguras. Las empresas seguras se olvidan. La gente no se une detrás de la sabiduría convencional. Se unen detrás del fundador, lo suficientemente locos como para rechazarlo. Todo culto nace en el precipicio de una idea que los expertos juraron que era imposible. Esa es la energía que sigue la gente.