Cuando los perros se encuentran, o se huelen o se lamen. Cuando las personas se encuentran, o engañan o actúan. De niño, temía a los fantasmas, porque eran horribles y aterradores. De adulto, temo a las personas, también por su apariencia elegante. Cuando me comporto como un villano, esos villanos vienen a intimidarme. Cuando me comporto como un villano, esos villanos vienen a juzgarme. La razón por la que el patito feo se convirtió en un cisne blanco no es porque se esforzara mucho, sino porque sus padres eran cisnes blancos. Los animales extraños serán protegidos, mientras que las personas extrañas serán excluidas. Una vez que un ciego recupera la vista, lo primero que hace es deshacerse de su bastón, aunque ese bastón le haya ayudado durante muchos años. No esperes que otros te ayuden en momentos difíciles; ya es un gran favor que no te echen más tierra en la cara. Cuando caes, siempre habrá alguien que te extienda la mano, no para levantarte, sino para darte una fuerte bofetada. Cuando no te afecta, todos son muy generosos; cuando te afecta profundamente, todos son muy egoístas. Es como si, cuando todos están borrachos, tu claridad se convierte en el mayor pecado. Un hospital no puede salvar a un buen hombre pobre, pero puede salvar a un hombre malo rico. Cuando un buen hombre hace algo malo, se llama revelar su verdadera naturaleza, mientras que cuando un hombre malo hace algo bueno, se le llama un hijo pródigo que regresa. Cuantas más cosas temes, más personas te intimidarán; si ya no temes nada, nadie vendrá a intimidarte. Cuánto tiempo puede engañarte un estafador depende de los tontos. Las personas de corazón blando siempre serán pisoteadas, mientras que las personas de corazón duro siempre serán despreocupadas. Cuando el agua sucia te salpica, la frase "el limpio se mantendrá limpio" es solo una broma. En un abismo profundo siempre hay un fondo, pero el corazón humano es impredecible. El corazón humano es como una gran montaña; por mucho que te esfuerces, no podrás mover sus prejuicios. A menudo actuamos como jueces, condenando a otros mientras nos consideramos inocentes. La belleza, combinada con cualquier otra carta, siempre será una mano ganadora; al principio, era un callejón sin salida.
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