Haz cosas concretas y luego levántate con firmeza. Un comienzo correcto, pequeños avances y luego persistencia. Cuando los pequeños logros y satisfacciones son reconocidos por uno mismo, se siente que cada día es pleno. La vida es como cultivar, respetar las leyes de las cosas, reconocer y apreciar a uno mismo con generosidad. Complace a ti mismo, porque eso es lo que merece el yo que navega contra viento y marea. Todo lo que fue ayer, se convierte en el yo de hoy; ¡en la vida no hay caminos sin sentido!
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