Las DAOs han ganado su mala reputación: lentas, ineficientes y a menudo secuestradas por políticos amateurs que crean estados de bienestar en la cadena. Pero a pesar de eso, todavía creo que las DAOs pueden ser algo hermoso. Un negocio descentralizado que no depende de ninguna entidad. Una organización generadora de ingresos que gestiona de manera sostenible y perpetua un software imparable.
501