En el sistema de funcionarios de China, el 81% de los familiares son empleados en sectores como finanzas y energía, formando un círculo cerrado de "poder en el frente, riqueza en la parte trasera". El 72% de los ricos en China completa la transmisión de activos a sus hijos antes de que cumplan 25 años a través de fideicomisos offshore, lo que constituye un mecanismo de perpetuación de la riqueza más secreto que la herencia de funcionarios públicos. Los hijos de las élites chinas, desde la etapa de primaria, ya han desarrollado un pensamiento orientado a la solución de problemas, mientras que el 74% de los estudiantes de clases bajas se queda en el nivel de ejecución de instrucciones, lo que representa una brecha más cruel que la de las viviendas en zonas escolares. Las personas de bajos recursos no tienen conocimiento de las reglas para la movilidad ascendente, por lo que no pueden encontrar salidas ni métodos; incluso teniendo más conocimiento, es difícil romper las barreras de clase.