4 manifestaciones de la reacción a traumas infantiles: 1. Personalidad complaciente, a menudo negada en la infancia, careciendo de confianza en sí mismo. 2. Aunque no quiere, siempre le resulta imposible rechazar las peticiones de los demás, tiene una baja autoestima y se acostumbra a poner las necesidades de los demás en primer lugar. 3. Tendencia a la incontinencia emocional, desde pequeño no comprendido por sus padres, y al crecer, la injusticia puede salir a la luz sin querer. 4. Siempre piensa en lo peor, un pequeño error en el trabajo le hace sentir que va a ser despedido.