Nadie duda de que un hombre ordinario puede llevarse bien con este mundo: pero no exigimos suficiente fuerza para llevarse bien con él, sino suficiente fuerza para cambiarlo. ¿Puede odiarlo lo suficiente como para cambiarlo, y aún así amarlo lo suficiente como para pensar que vale la pena cambiarlo? ¿Puede mirar hacia arriba a su colosal bien sin sentir una vez aceptación? ¿Puede mirar hacia arriba a su colosal mal sin sentir una vez desesperación? ¿Puede, en resumen, ser a la vez no solo un pesimista y un optimista, sino un pesimista fanático y un optimista fanático? ¿Es lo suficientemente pagano como para morir por el mundo, y lo suficientemente cristiano como para morir por él? En esta combinación, mantengo que es el optimista racional quien falla, el optimista irracional quien tiene éxito. Está listo para destrozar todo el universo por el bien de sí mismo. G.K. Chesterton