Las parejas en las que el esposo ganaba al menos $ 38,000 más por año que su esposa tenían menos probabilidades de divorciarse. Ese hallazgo no es tan sorprendente cuando se considera cómo los hombres y las mujeres tienden a clasificar sus preferencias en las parejas románticas. David Buss y otros han demostrado que, si bien ambos sexos valoran más la amabilidad, sus preferencias comienzan a divergir más abajo en la lista. En promedio, los hombres ponen más énfasis en el atractivo físico, mientras que las mujeres ponen más énfasis en la ambición, el ingenio y los ingresos. Entonces, el hecho de que los matrimonios sean más estables cuando el esposo gana significativamente más que la esposa se alinea con esas preferencias de larga data. También se conecta con algo que he mencionado antes. Las personas que respaldan con más fuerza los valores progresistas e igualitarios de género tienden a ser profesionales con educación universitaria, de clase media alta o alta. Pero cuando miras cómo viven realmente, muchos de ellos siguen un modelo tradicional: el hombre gana un ingreso alto y la mujer trabaja a tiempo parcial o no trabaja en absoluto. En otras palabras, las parejas que más hablan sobre la igualdad son a menudo aquellas cuyas vidas se asemejan más a una estructura familiar de la década de 1950.