Las personas que van solas no son fáciles de tratar; o bien nacen con una naturaleza feroz, o la vida les ha desgastado hasta los huesos. Él ha recibido la puñalada más profunda en el pecho y ha logrado salir poco a poco del abismo. Ante la frialdad del mundo, ya ha masticado y tragado su dolor, forjando una dureza en su interior. Vivir no es algo que se grite, es algo que se hace con los dientes apretados mientras se sale del barro. Tú no has caminado por las espinas que él ha recorrido, ni has probado los vidrios que él ha tragado, ¿con qué derecho le aconsejas ser amable? Este tipo de persona ya ha vivido como su propia armadura, con un orgullo inquebrantable, un corazón pleno, y camina solo como si estuviera en compañía. Con montañas y mares en su corazón, ¿por qué habría de sumergirse en la multitud?