El acuerdo comercial de Trump con Japón coloca a Ford y GM en una desventaja competitiva, ya que pagarán un 25% de aranceles sobre las piezas canadienses y mexicanas y un 50% de aranceles sobre el acero y el aluminio. Mientras tanto, los estadounidenses solo pagarán un 15% de aranceles para comprar coches fabricados al 100% en Japón utilizando piezas y materiales más baratos.