¿Por qué el criptógrafo tuvo una crisis existencial? Porque se dio cuenta de que el delgado y etéreo hilo que separa la civilización matemática de la anarquía completa es la bilinealidad. Y a pesar de años de estudio, pruebas y sesiones de depuración nocturnas, todavía se despierta en un sudor frío preguntándose si realmente entiende por qué e(aP, bQ) = e(P, Q)^(ab) o si simplemente es muy bueno en imitar los rituales que hacen que la verificación de emparejamiento se ponga en verde.
¿La conclusión? No hay conclusión. Solo tú, tus curvas elípticas y la creciente sospecha de que la bilinealidad se ríe de todos nosotros desde su atalaya de dimensiones superiores mientras nosotros agitamos las manos frenéticamente y pretendemos saber por qué funciona en lugar de simplemente aceptar que funciona.
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