En las startups, la paciencia no es una virtud. La VELOCIDAD DEL RELOJ es clave; los grandes ejecutivos van y vienen muchas veces al día, e iteran múltiples veces a la semana en lo que a una corporación le lleva meses. Los grandes se distinguen por la rapidez con la que responden, o aprenden e iteran, especialmente en cosas pequeñas.