Demasiados fundadores se quedan atrapados escalando la montaña equivocada. No por accidente, sino porque un inversor los empujó hacia la primera colina a la vista. Este es el peligro del capital comoditizado y la filosofía de startups ágiles.

Acelerar con la primera buena idea puede tener sentido como estrategia de inversión si realizas muchas inversiones. Pero puede condenar a tu empresa. Para los inversores es un cheque, para ti son años.

El problema es que es demasiado fácil sustituir el dinero de un inversor por tu propia convicción. Ese es el primer paso hacia la miseria.

No quieres descubrir qué sucede cuando el pequeño éxito se encuentra con las valoraciones de riesgo. Alcanzas $1M ARR y el crecimiento de los ingresos se estanca. La adquisición de usuarios se ralentiza. No estás muriendo, pero hay un miedo creciente de que estás estancado.

Ese es un máximo local. Si construyes tu negocio para ese objetivo, es difícil escapar. Un inversor te dio dinero para ejecutar una idea, y lo hiciste, y ahora estás atrapado.

De repente, el buen dolor de tener demasiado trabajo se convierte en el mal dolor de temer hacerlo. Y aprendes la verdad: Las startups no mueren porque se quedan sin dinero. Mueren cuando los fundadores se quedan sin energía. Cuando la ambición se desvanece, hambrienta en la búsqueda equivocada.

Por eso me apasiona ayudar a los fundadores a soñar en grande en @southpkcommons. Nadie se arrepiente de dar un gran salto. Se arrepienten de los años desperdiciados en lo que siempre temieron que pudiera ser la idea equivocada.