Pensamientos.... Cada vez que alguien pronuncia la frase "La temporada de NFT está a punto de comenzar", nos encontramos con el mismo resultado: una hemorragia lenta o un vertido total. Se ha convertido en una predicción ritual (en parte esperanzadora, en parte delirante) que ha precedido de manera confiable a la decepción desde que terminó el ciclo original de NFT. Y, sin embargo, cada vez, los creyentes regresan. ¿Por qué? Porque la frase revela más de lo que pretende. Revela un profundo malentendido de en qué se han convertido los NFT. Desde el colapso de su impulso original, los NFT ya no son activos comerciales.... son artículos de lujo. Y el lujo no se compra en previsión de la ganancia; se compra en el resplandor de la misma. La gente compra lujo cuando se siente invencible, cuando el marcador dice que está ganando o cuando las ganancias frescas hacen agujeros en sus billeteras. En los mercados, ese momento siempre está cerca de la cima. El lujo indica abundancia, no oportunidad. Y para cuando la gente se siente abundante, la oportunidad ya ha pasado. Es por eso que cada llamada "temporada NFT" posterior a 2021 ha sido un éxito local. Porque cuando los NFT resurgen, no señalan nuevos máximos, marcan el final de uno. Son lo que la gente compra después de haber ganado, no lo que usa para ganar. También hay una razón estructural más profunda: nunca habrá otra temporada de NFT como la última. Ese meta no era solo un fenómeno comercial... fue una infiltración cultural. Los NFT se convirtieron en un puente narrativo entre las criptomonedas y el mundo Web2, atrayendo capital fresco, capital social y atención. Ese puente se ha derrumbado. Y la mayor parte del dinero que recaudó fue extraído por la parte superior antes de que la música se detuviera. La dura verdad es que las ganancias utilizadas por los compradores de NFT de hoy son ganancias de goteo.... Las ganancias en cascada se transmitieron de las instituciones a los nativos. Los fondos prepararon el escenario. Giraron en manos fuertes, luego en manos inteligentes y, finalmente, en manos entusiastas. Para cuando esas ganancias llegan al comprador de NFT, están en el fondo de la cascada. Pero el fondo de la cascada no puede comerciar con lujos.... solo puede consumirlo. Porque no hay nadie más abajo a quien vendérselo. Los NFT de hoy no son instrumentos de movilidad ascendente, son artefactos de euforia pasada. Veremos cómo se desarrolla esto. Pero la historia sugiere que ya lo sabemos.
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