Desde la invención de los aviones hasta la década de 1980 (o por ahí) se trataba de proteger a los pasajeros y pilotos del propio avión. Pero la tecnología y la automatización hicieron que los aviones fueran cada vez más y excepcionalmente seguros. Desde la década de 1980 hasta principios de 2000 (hasta el 11 de septiembre, realmente) se trataba entonces de proteger el avión y a los pilotos de ciertos pasajeros, específicamente de los secuestradores. Ahora, está bastante claro que a medida que los pasajeros son mejor controlados y los aviones se han vuelto aún más fiables, el único riesgo que queda es el error del piloto o el sabotaje. Necesitamos más supervisión/automatización que proteja el avión y a los pasajeros de los pilotos. Es un modo de fallo estrecho que es irrecuperable pero totalmente evitable.