Yo fui ingeniero fundador, como mi amigo Prem. Así es como pienso sobre el contrato social entre fundadores y empleados, ahora que soy un fundador. Los fundadores deben reconocer que las escalas financieras son muy diferentes entre nosotros y los empleados. Por ejemplo, cuando me uní a una empresa como primer ingeniero, tuve que pagar cinco cifras solo para ejercer anticipadamente toda mi participación. Era un recién graduado, y cualquier aumento salarial era un cambio radical. En contraste, un fundador con unos años de experiencia profesional típicamente tiene más ahorros y no tiene que pagar para obtener su participación. En grandes adquisiciones, la liquidación para un fundador puede ser la diferencia entre ser un multimillonario y un millonario muy rico. Para un empleado, es la diferencia entre si sus préstamos estudiantiles son pagados, si pueden alquilar un apartamento más grande o si pueden convertirse en propietarios de una vivienda. Los fundadores tienen la ventaja en las adquisiciones y debemos abogar para que los empleados sean compensados. Los empleados son un privilegio. Están apostando su carrera y su riqueza en nosotros. Tenemos que honrar eso y cuidar de nuestra gente.