1/12 ¿Qué pasa cuando "mira, no toques" se convierte en "mira Y toca"? Una obra de arte que convierte al público en participantes iguales en el proceso creativo.

2/12 Una instalación interactiva titulada la Sala de Obliteración de Yayoi Kusama es el ejemplo perfecto. Kusama presentó la Sala de Obliteración en 2002, como un proyecto interactivo para niños en la ‘APT 2002: Trienal de Arte Contemporáneo de Asia-Pacífico’ de la Galería de Arte de Queensland. Más de 20 años, 18 países y 31 lugares después, sigue atrayendo al público a espacios de museos y galerías que a veces se perciben como fríos y poco acogedores al eliminar la ética de “mira, no toques”.

3/12 Al igual que con muchas de las instalaciones de Kusama, la obra es desarmadoramente simple, pero explora al máximo las posibilidades de reglas simples. Una habitación está amueblada para parecerse a un hogar típico de la región geográfica. Todos los objetos, paredes, techo y suelo pintados completamente de blanco, permitiendo que funcionen como un lienzo en blanco que puede ser revitalizado —o, en el vocabulario de Kusama, ‘obliterado’— por pegatinas circulares de colores brillantes que se proporcionan a cada visitante al entrar.

4/12 Miles de visitantes y puntos después, el espacio cambia de manera medible a medida que los colores pueblan las superficies y se acumulan unos sobre otros, formando la "composición" final.

5/12 La interactividad se convirtió en un componente importante del trabajo de Kusama a mediados y finales de la década de 1960, cuando sus actuaciones públicas en solitario se expandieron a happenings participativos: eventos de performance no convencionales que dependían de la reacción del público y de la participación directa.

6/12 La dinámica en evolución de un trabajo participativo e interactivo como la Obliteration room encontró una vida moderna en línea, a través de obras como PXL DEX de Kim Asendorf. @kimasendorf

7/12 Mientras acuñábamos, inicialmente pensamos que el proceso no tomaría más de unos minutos, una experiencia pasiva de descubrir lo que el algoritmo elige revelar. En cambio, fue todo menos pasiva. Nos encontramos pegados al sitio todo el día, hipnotizados por las esculturas digitales que estábamos moldeando y dando forma en nuestros teléfonos y con nuestras manos a través de la cantidad de píxeles, nuevas iteraciones y rotaciones.

8/12 Cada mazo individual, si se acuña sin ningún píxel, permanece como un cubo metafórico oscuro. A medida que viertes gradualmente píxeles a través del control deslizante y durante la acuñación, el movimiento emerge de la oscuridad y evoluciona de un esqueleto lineal a grupos, clústeres y, finalmente, a una ola de marea que tiene mente propia. La fricción de la interacción adicional con la obra obliga a los coleccionistas y espectadores a tomar una decisión intencionada. Sin ella, la obra no está completa.

9/12 El marco de PXL DEX permite al espectador experimentar y ejercer control dentro de un parámetro predeterminado, al igual que se nos dan pegatinas antes de entrar en la sala blanca pura. Esa colaboración produce una obra que no solo es personal para el artista, sino también única para el espectador.

10/12 Cada Sala de Obliteración será siempre única, y al final de la exposición, cada una será documentada, luego la sala será restaurada a una galería simple. Hasta la próxima, la obra solo existe en los recuerdos de los visitantes y en sus carretes de cámara.

11/12 "La publicidad es crítica para mi trabajo porque ofrece la mejor manera de comunicarme con grandes cantidades de personas... los artistas de vanguardia deberían usar la comunicación masiva como los pintores tradicionales usan pinturas y pinceles." - Yayoi Kusama

12/12 PXL DEX hace precisamente eso utilizando píxeles como pigmentos digitales. Kim utilizó la blockchain y el internet para crear una obra que está a solo una URL de distancia, no tiene horarios de apertura ni fecha de cierre. No hay dos mazos iguales, y cada vez que inicializas el mismo mazo, los píxeles se reorganizan en una coreografía completamente diferente.