Si bien no se ha discutido abiertamente, creo firmemente que un objetivo central pero oculto de estos acuerdos comerciales es empujar intencionalmente al dólar estadounidense a la baja en relación con otras monedas fiduciarias importantes. Una posible palanca para apoyar ese esfuerzo podría ser que Japón permita que sus tasas de interés a largo plazo aumenten en relación con los rendimientos estadounidenses. Tenga en cuenta que solo alrededor de una décima parte de la deuda de Japón está vinculada a vencimientos de 20 años o más. Tampoco me sorprendería si una gran parte del compromiso de capital de 550.000 millones de dólares que Japón anunció recientemente, sin especificar un cronograma, finalmente viene en forma de compras del Tesoro, lo que ayuda a reducir los rendimientos de Estados Unidos. Aunque ya es el mayor tenedor, las tenencias del Tesoro de Japón se han mantenido prácticamente sin cambios durante más de una década. Para que conste, no creo que se trate solo de Japón o el yen. Incluso después de su peor desempeño en lo que va del año desde la década de 1970, el dólar estadounidense sigue estando significativamente sobrevalorado según los estándares históricos, y una caída significativa es probablemente un ajuste necesario para ayudar a corregir el grave desequilibrio comercial que enfrenta actualmente Estados Unidos.
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